Junto al Power solía haber otro botón,
en aquellas otras épocas en las que presionarlo era cosa simple,
una y otra vez, cuando algo salía mal.
Morirse no era el final, ni siquiera cuando el juego se trababa...
Reset y ya.
Ahora el botón viene más escondido,
o será que uno se aferra al mismo juego.
Ya sin vidas, desesperado, sin saber cómo terminar el nivel.
Game over. ¿Cómo se mata a ese Malo?
Game over. No, lo voy a terminar.
Game over: ya no se puede seguir jugando,
tampoco se puede apagar.
Es el juego que se volvió un todo
o nosotros que nos volvimos tan poco.
Resetear se convirtió en un largo proceso...
dale al rojo, Cancelar, No...
o al círculo, Abandonar juego, Salir...
Una y otra vez, en cada pregunta,
en cada decisión,
hasta regresar al inicio.
Entonces ya puede uno cambiar de juego,
o decidir si se empieza de nuevo,
aunque pareciera un juego eterno...
los eternos somos nosotros.
Hablando de eternidad,
te descubro de repente
y sigo viendo la misma esencia.
Tan auténtica y de verdad.
Hablando de eternidad,
dale Reset y ya.
=)
Miguel.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario