martes, 9 de marzo de 2010

Podría ser Feliz.

Podría ser feliz,
contigo o con cualquiera,
podría quedarme aquí
darte mi luz, guardarte en mi cuello.

Podrías simplemente tomar mi mano,
decir que sí, sonreir...
y mirarme fíjamente.

Podría darte mis sueños,
contarte un pequeño secreto
en voz muy baja.

Y quedarnos juntos,
podría abrazarte y besar tu cuello.

Podría amarte sólo a ti
por el entero resto de mi vida.

Pero cómo saberlo,
cuando te escapas de unos ojos a otros,
cuando sólo me dejas una nota vacía...
saltando, huyendo de mi.
 
Podría esperar,
hasta coincidir de nuevo contigo,
porque así eres, libre.

Podrías sorprenderme de nuevo...
amor de mi vida.




Miguel.

viernes, 5 de marzo de 2010

Récord.

Por cierto, les presumo que el poemita "Mutilado" batió récord de visitas. Con 16 lectores el mismo día de su publicación. De esas, creo que 12 fueron mías, ya sé que soy un obsesivo. Pero qué padre que unos cuatro más lo leyeron. Hacía mucho que algo así sucedía.

Les cuento que mi mayor número de lectores está en Cuernavaca, seguido por el DF (aunque, claro.. luego soy yo que reviso y reviso lo mismo). A veces caen una que otra visita de Jiutepec (y se vé que se clava leyendo), y otros municipios de Morelos. O a veces mi primo Puchita me lee desde Guadalajara (supongo que es él).

De vez en cuando llegan visitas de Brasil y paises aledaños. Unos que otros de California, y también Europa... pero creo que son de esos que le dan al siguiente blog al azar y como ven pura pendejada le vuelven a picar en menos de un segundo (que es lo que marca en las estadísiticas).

Yo sé (y como soy bien chismoso lo voy a poner), que me lee mi papá, Clau Miranda, Gabo (mi hermano, no el otro), Reynel (es mi seguidor en Tlacuache Cometa), y que a veces lo lee Alethia ("...Creo desesperado"). Pero me da muchísimo gusto que de repente me lea gente que no esperaba, como Pin y la Grulla. Y más por que me han dejado comentarios bien chidos, me emociono y siento padre.

Y, como soy bien presumido, les contaré que siento más padre cuando alguien que no esperaba me dice que escribo bien bonito, o me preguntan si lo que publico lo escribí yo o qué onda. Pero más aún... y esto ya es fuera de mis babosadas, me resulta increíble poder coincidir -como buen cometa que soy- y pegarle al clavo en el momento preciso e irrepetible en el trayecto de otra persona, y darle ese empujoncito para que escriba. Que tomen la solapa de su sinceridad y me digan "me has inspirado a escribir". No es mamada, yo sé que no escribo la gran cosa, sino que de algún modo se logra una conexión. Y ese es mi más grande logro personal, el reconocimiento y la mejor satisfacción que he sentido a nivel "algoquehago" porque de profesional... bu, nada qué decir por el momento... pero ya verán.


Miguel.

Nuevos impulsos de la moda (Si le parece que escribí demasiado en un día, ¡Al diablo!).

Tengo una nueva moda, relacionada a la moda de la temporada anterior (que fué hace como 3 minutos).
Son los poemas efímeros e improvisados. Van de la mano con mi actitud de ¡Al diablo!, y vienen de una línea que vengo trabajando interiormente desde hace años.

Tienen sus propias reglas, que voy a modificar según me dé la gana y cuantas veces quiera (¡Al diablo! y es muy mi invento). Una de ellas es dejar de ser tan penoso y decir lo que siento, en el momento... o máximo 10 minutos después (seamos realistas, cuesta mucho dejar de ser penoso). Se vale de todo, arrepentirse y cambiar versos, dar explicaciones posteriores, pedir disculpas... pero no importa, lo realmente importante es decirlos antes de que pierdan su frescura y energía. Aunque sean improvisados, he autorizado elaborar rápido una boceteada, una escaleta para no perder el hilo (que luego se me da mucho).

No hay malas consecuencias, pues otra regla primordial es hacer todo en buena onda, eso sí, soy muy estricto en eso.

Muy mamón yo, y apenas llevo dos poemas así... No se vale escribirlos completos y después andarlos presumiendo. Son de cada persona para quien nacen, ellos sí pueden guardarlos como quieran... aunque yo creo que es mejor disfrutarlos y apenas tratar de imprimirlos en la memoria, dejarlos ser e ir... pues nacieron y deberían vivir siempre libres... por supuesto, me pueden mandar ¡Al diablo! y hacer lo que quieran.

La tercer regla básica (realmente no me importa cuántas vayan), es que nunca deben ser forzados. Así esté frente a una galana hermosa y me esté presionando por que le diga algo, se puede ir mucho ¡Al diablo! y esperar -o, mejor aún, provocar- a que éstos sucedan por sí mismos.

Como regla final sí se vale decir a quién se le ha dicho un poema, digo.. en algo tiene que beneficiar el ego propio o, si no, qué hueva de actitud. Yo le dije uno a Brenda y otro para una chava que me hizo ojitos en el metro.

Otra regla final, (sí, ¿algún problema? ¡Al diablo!), si quieren me pueden copiar la idea, si no... pues ¡Al diablo!


Miguel.

Un mes sin escribir, parte II (Si no te parece, ¡Al diablo!).

Otra cosa que siempre me limita, es tratar de mantenerme congruente,
en mi discurso, en los eventos que narro o en la forma cómo me describo.
Siempre he tratado de seguir una línea, en definir y dejar pistas de cómo armar el rompecabezas.
¿Y para qué diablos? ¡Al diablo! Soy incongruente, soy imperfecto, soy un cabrón, un convenenciero...
y así me quiero, me amo.

Comienzo a creer en mi, porque siempre me digo la verdad.

Pero siempre he seguido adelante y me termino mandando ¡Al diablo!

Miguel.

Un mes sin escribir.

Justo hoy me dí cuenta que pasó un mes.
No saben de la desesperación cuando un poema forcejeaba por salir de mi boca, o por mis ojos,
del impulso de sacar mi diario y echarlo a correr en su pequeño corral.
Cuando de pronto chocan pensamientos, sentimientos e intenciones,
y forman una avalancha... que dejé por ahi tirada en alguna ventanilla de microbús
o se evaporó en los pasillos del metro.

Y sí, ha sido un rato de no querer saber nada, de no querer decir nada,
de querer dejar de sentir.
Pero, como dicen por ahi, a veces el artista no hace a la obra, sino al contrario...
Es la obra la que hace al artista, la obra domina, se forma a sí misma... uno es sólo un intermediario,
un vehículo para que ese "ente" llegue a su destino, aunque éste sea casi siempre temporal.
No quiero decir que me crea poeta, ni escritor (si acaso un entusiasta "escribidor", eso sí).
Tampoco me considero un "artista", personalmente pienso que tal título es una cómoda y estereotipada definición, que me carga de hueva y recuerdos de malas expos. Más bien me he venido a descubrir como alguien sumamente sensible y ya.
Y de verdad siento cómo mis poemitas se avientan contra mis paredes hasta que de plano logran salir, es algo inevitable. Me acuerdo de antes, cuando era yo el que tenía que andarlos atrapando cuando se descuidaban.

Yo, yo, yo, yo, yo, yo... Me harté un poco de siempre hablar de mi, y me sentí muy ególatra,
muy egoísta al exponerme a mi mismo y exponer a quienes menciono en mis poemitas (a quien menciono en mis poemitas). Me harté de mi propio ritmo y estructura, en la escritura.
Me sentí muy chafa con mi yo, yo, yo, yo, mi, mi, mi, mi... y luego el tú, tú, tú...
Comencé a pensar en escribir cosas que no tuvieran que ver conmigo, en viajarme a otro lado, en escribir sobre alguien más, como si fuera yo pero que no tuviera nada qué ver. En escribir sobre montañas trazadas de negro y cielos rojos, en una amante que nunca tuve, en situaciones totalmente creadas... bueno, mejor me callo porque aún pienso hacerlo. Pero dejar de exhibirme, de decir "¡mírenme! ¡sufro!"

 Luego entendí que, al diablo.

Me he limitado mucho por evitar espantarme a alguna galana. Pero también por quedar bien con mi pasado.
Pero también, entendí que, al diablo.


Y si alguien piensa que soy un azotado, un chaqueto-depresivo... pues la verdad sí lo soy pero... al diablo.

Si alguien me dice que no valgo ni dos pesos macondianos, sólo le diré: "¡Al diablo!"

Si mi ex me dice que ya no mame y deje de escribir mamadas, o cualquiera que no le parezca, que se sienta traicionado, aludido, perjudicado, excluído o por lo que sea... yo tranquilamente le diré: "Al diablo, (Sr., Srita., Sra., según lo que corresponda)"

Si alguien me dice que, con un carajo, ya vaya a la terapia y deje de andar de masoquista, le diré "Al diablo el psicoanálisis, ésto es mucho mejor, más efectivo... y ¡vaya que lo disfruto!"

Si alguien me dice lo que sea, le responderé lo que me venga en gana. (Comenzando con "Al diablo...")

Si algo viene desde dentro, lo dejaré ser.

Yo soy eso. ¿Qué sentido hay en limitarme?

Ya cambiaré de fuentes de inspiración, ya moveré mi mente a otro lado, pero voy a dejar de pensar en eso y a vivir como yo quiera, todo lo demás se puede ir... ¡al diablo!

(PD.: Espero que el diablo me guarde todos mis recuerditos para cuando llegue, jojojo...)
(PPD.: Me gusta disfrutar todos los sabores de la vida).

Miguel.