lunes, 30 de noviembre de 2009

Ven, quiéreme.

Ven y quiéreme,
lo necesito, te necesito.
Ven y abrázame,
dame un beso y quédate así,
sin despegarte.

Ven y quiéreme,
por favor.
Quiero sentirte cerca,
quiero sentir que te hago bien,
tú me haces tanto bien.

Ven e invádeme,
aplástame,
corrómpeme,
y después, si quieres,
deshazte de mi...
pero primero llega,
antes que todo, ven
y quiéreme.

Miguel.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Ella.

Hay una tina en medio
de mi sala de estar.
Repleta hasta el borde
de mi agua salada,
tú eres el mar.

En ella nado y me sumerjo.
Viajo hasta el fondo,
donde abro los ojos,
me ahogo y me quedo quieto,
así, sin respirar.

Shh... quieto,
Shh... en silencio...
quizá el mar, esta vez, pueda llegar.


Miguel.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

- Setas al Romero -

Siempre había visto a las señoras vendiendo el montón de setas, mi hermano me contó que comió sopa de setas, y que era deliciosa.

Hoy en el metro estaban vendiendo, me regresé a contracorriente y compré una bolsa...
- Llévese las dos por 20.
Me dijo la señora, con un gesto entre animándome y chantajeándome con su carita triste, sólo le quedaban esas dos. Con gusto le habría comprado ambas... pero ni siquiera tenía idea de cómo prepararlas y, además, era mucho en una sola bolsa para mi solo... triste realidad.

Le expliqué que nada más me las iba a cenar yo, que con una tenía suficiente... pero no me entendió. Capaz que terminaba contándole mis desventuras en el amor y que llevo meses sin novia, que nomás no se dejan o que, si no, yo la cago... en fin...
Mejor le pagué y me fui. (Pensando en mis desventuras en el amor, los meses sin novia, etc.)

Confieso que una vez arranqué una seta de un tronco y me la comí, de hecho creo que fueron dos veces, je. Y que, hasta hace poco... me intrigaban mucho los champiñones, setas y cosas así, la textura, sus formas, siempre me recuerdan las clases y taller de biología, me daban mucha curiosidad y punto... así que develé el misterio y me comí un champiñón enorme, crudo. Me sorprendió la sensación al masticarlo... su sabor como a tierrita o lejanamente a madera... el pensar que muchas cosas toman el sabor de lo que se alimentan... el saber que en su gran mayoría no son más que agua... en pensar en formas de vida, concepciones de organismo, tan diferentes y mal comprendidos...

Y aquí nos tienen, a la bolsa llena de setas y a mi separándome de la cotidianeidad para admirar las figuras suaves que se forman en ellas... como árboles... bosques irreales que surgen de un mismo punto... cuevas, branquias extraterrestres... ni idea de qué hacer con ellas, mas que probar algunas así tal cual.

Al final... se me ocurrió prepararlas con un poco de cebolla, salteadas en aceite de oliva...
y el toque final: tomé unas hojas de mi plantita de romero, las dividí en pedazos pequeñitos y las fui distribuyendo un poco antes de apagarle al sartén. Lo tapé y esperé a que enfriara un poco (y que el vapor encerrado hiciera su magia).
Me encanta la expectativa justo antes de servir... el descubrir algo distinto debajo de la tapa a lo que uno vé justo antes de que todo quede cubierto... y ahi estaba, la cena lista.

Era lo que le faltaba, un toque verde a mi bosque pálido.

Pero me faltaron tres cosas... alguien con quien compartirlo y dos coronas, una para cada quien.

Provecho!


=)

martes, 24 de noviembre de 2009

...Cuando de repente baja Dios y te apapacha.

Otra vez sin dormir, corriendo al trabajo, pagando taxi hasta Polanco... qué tráfico tan horrible... me siento mal, tarde otra vez... por qué los sentimientos tristes acosan cuando uno está estresado y débil? ya no quiero pensar en nada, estoy cansado de todo... y, encima, el taxista se equivoca... tengo que cruzar por el puente peatonal...

Y ahí está.


Photobucket

No más quejas, sólo silencio... Hacía mucho que no me sentía así de bien. Gracias por ese cielo tan extraño... tan inesperado. Qué tonto es olvidar lo fantástico de cada detalle; perder la noción de que, en realidad, todo está bien.

La forma de las nubes fué como una caricia sobre el cabello. Sonrisas, muchas sonrisas.
Me gustan las sorpresas, éstas sorpresas.

=)

lunes, 23 de noviembre de 2009

Fotos, al fin.

Tengo una cámara digital... siempre quise una! (bueno, honestamente, no siempre).
Es sumergible hasta 30 metros, aguanta frío, nosecuántos kg de presión, caídas hasta de 2 metros... su función "Beauty" te detecta la cara y le hace un blur para quitar brillo y disimular imperfecciones, como si trajeras maquillaje... y prácticamente nunca me he tomado fotos a mi mismo, jojojo...

Bueno, el caso es que es la primer foto que pongo en el blog, flojeando con mi amigo Wall-e cantador (al fondo) en nuestra Beatles night, Tonight! Al fin y al cabo que tengo doscientos pendientes de trabajo y no voy a dormir.

Me gusta imaginar que los cojines son como un paisaje de montañas bajitas, o un mar con olas un poco altas... que las líneas son selvas, plantíos, ríos, y todo lo que yo quiera: Lucy in the sky with diamonds, Pennylane... qué diablos, definitivamente: Happiness is a warm gun.

Me gusta sonreír.

Photobucket




(PD.: No usé "Beauty" en mi mismo, así soy de guapetón, jojojo...
I am the walrus! )

sábado, 21 de noviembre de 2009

- El pedo es... -

Sí wey, estoy pedo, pero eso no importa.

El pedo no es estar solo, sino no encontrar a alguien.
El pedo no es la mano que él pone en su cintura,
es el pulgar de ella que se mete debajo,
son sus dedos que se acomodan casi entrelazados...

El pedo, es que nos cogimos antes de que se fuera,
son las putas ilusiones que tenía en la cabeza.
El pedo es que, después de todo, me sentí usado.
¿Y quién putas no usa a los demás?
yo lo hago todo el tiempo.

El pedo es estar así, esperando sin tener derecho a hacerlo.
Deseando dejar todo atrás,
matar toda esperanza... sin hacerlo.

El pedo es esta pinche soledad y los recuerdos.
Es preferir estar solo pero necesitar compartir tantos momentos.

El pedo es chocar con tantas versiones,
tantos intereses y que nada sea cierto.

El pedo es esta triste y vacía verdad.
Es nunca encontrar el momento.
Que nada pase, estar así de atrapado.

Es jugar o morir en el intento,
el pedo es que todo sea un juego.

El pedo es tener que trabajar en sábado,
y estar en la madrugada como pendejo.



=/



(...y el pedo es que yo quiera escribir lo que me dé mi pinche gana... y que nadie pueda entenderlo).


Pinche orgullo pendejo, ese es el pedo.





.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Una fotografía.

Regreso a casa y recorro la ruta de mi antebrazo izquierdo,
viajo entre guantes para el frío y el tráfico de mi respiración.
Camino un poco y, al final del túnel debajo de mi frente,
la veo.

Sus dedos entrelazados con los de él,
sendero estrecho contra su espalda,
que corre hasta llegar al valle de sus caras,
y sus sonrisas, manantiales de complicidad.

Regreso por donde vine,
apresuro el paso intentando no ser notado.
Cruzo el puente entre clavículas,
acelerando en las luces rojas de cada parpadeo...

Tropiezo en el empedrado de mi voz
y se rompen todas las ventanas de mis ojos.

Me corté los pies con los vidrios rotos,
y así llegué al final de ésta calle: Ilusión.

Encontré una fotografía al final del primer túnel,
justo frente a mis ojos... la realidad.





Miguel.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Cualquier día.

Un día se te acabó el coqueteo.
Un día dejé de sorprenderte,
de gustarte, emocionarte.

De pronto ya no me mirabas,
tenía yo que buscarte e insistir,
una, dos, tres veces.

Comencé a escuchar tus pasos
seguir de largo, ya no más hacia mi.
Dejamos de hablar,
no más risas, ni pequeños mensajes.

Un día, regresé a ser un extraño,
cualquier otro, sentado al otro lado donde tú estabas.
Ese día, mi mano encontró a la tuya inmóvil, fría...
no la pudo revivir.

En los días que siguieron
te vi surgir entre tanto silencio,
te reconocí y a tu aura brillante,
a la fuerza de tus ojos
y tu boca.

Te vi deslizar de nuevo tus manos,
Reir y besar,
hacer fiesta y disfrutar cada gesto,
cada detalle.
Dirigir tu alma en la misma dirección que tu mirada.

Pero no hacia mi.
Nunca más fué hacia mi.
Sigo siendo ese extraño,
que te mira desde una noche antes
de ese día, cualquier día.



Miguel.

martes, 3 de noviembre de 2009

El amor no existe.

Es un hecho: el amor no existe.
Es una basura idealista bombardeada a diario en nuestra cabeza,
en forma de publicidad, presión social, presión personal...
Es un disfraz puesto sobre nuestros miedos más elementales.
Una botarga de corazón.

Nadie conoció al amor de su vida y fué feliz para siempre,
nunca alguien se enamoró y duró así hasta el último de sus días
(a menos que se haya enamorado en su lecho de muerte).
Las parejas se pelean, se gritan...
Llora el uno con el otro hasta muy de madrugada.

El amor no existe, todos perseguimos nuestros intereses,
nos ligamos por guapos, por buenos, por chingones...
- a mi me gusta que sea por las tres al mismo tiempo, si no: No -

Nunca nos vimos a los ojos y vimos una vida al lado del otro,
y jamás sabremos cuándo es "la buena" en el momento que lo estemos viviendo.

Nos gusta engañarnos y encerramos en esta cajita rosa,
cometer el mismo error una y mil veces,
imaginando cómo el amor "va a llegar" así nada mas.
Creyendo al otro perfecto para nosotros...
Creyéndonos el único e irremplazable para el otro...
nadie en el mundo lo es.

Ya no creo en el amor, no de ese modo.
Es una convención social, un protocolo.
Esta aburrida estructura de condiciones y exigencias.
Nos lo inventaron y lo seguimos al pié de la letra.

Pero es real.

No es la botarga roja bailando sobre un campo de flores,
con una caja de chocolates.
Existe en un plano que a veces despreciamos,
al negarnos a nosotros mismos dentro de un tonto ideal.

Son reales las emociones, que siempre vienen y van.
También las intenciones, el querer y disfrutar estar.
No voy por los detalles, sino por el sentimiento que hay detrás.

Y las sensaciones,
lo rico de despertar abrazados,
el verse a los ojos sin hablar.
Pasar el día desnudos,
no hay nada como ese nivel de intimidad.

El amor no existe, como tal, pero sí... estoy seguro que es real.
Cuando me tomas de la mano y sólo pienso en una palabra: incondicionalidad.



Miguel.