martes, 3 de noviembre de 2009

El amor no existe.

Es un hecho: el amor no existe.
Es una basura idealista bombardeada a diario en nuestra cabeza,
en forma de publicidad, presión social, presión personal...
Es un disfraz puesto sobre nuestros miedos más elementales.
Una botarga de corazón.

Nadie conoció al amor de su vida y fué feliz para siempre,
nunca alguien se enamoró y duró así hasta el último de sus días
(a menos que se haya enamorado en su lecho de muerte).
Las parejas se pelean, se gritan...
Llora el uno con el otro hasta muy de madrugada.

El amor no existe, todos perseguimos nuestros intereses,
nos ligamos por guapos, por buenos, por chingones...
- a mi me gusta que sea por las tres al mismo tiempo, si no: No -

Nunca nos vimos a los ojos y vimos una vida al lado del otro,
y jamás sabremos cuándo es "la buena" en el momento que lo estemos viviendo.

Nos gusta engañarnos y encerramos en esta cajita rosa,
cometer el mismo error una y mil veces,
imaginando cómo el amor "va a llegar" así nada mas.
Creyendo al otro perfecto para nosotros...
Creyéndonos el único e irremplazable para el otro...
nadie en el mundo lo es.

Ya no creo en el amor, no de ese modo.
Es una convención social, un protocolo.
Esta aburrida estructura de condiciones y exigencias.
Nos lo inventaron y lo seguimos al pié de la letra.

Pero es real.

No es la botarga roja bailando sobre un campo de flores,
con una caja de chocolates.
Existe en un plano que a veces despreciamos,
al negarnos a nosotros mismos dentro de un tonto ideal.

Son reales las emociones, que siempre vienen y van.
También las intenciones, el querer y disfrutar estar.
No voy por los detalles, sino por el sentimiento que hay detrás.

Y las sensaciones,
lo rico de despertar abrazados,
el verse a los ojos sin hablar.
Pasar el día desnudos,
no hay nada como ese nivel de intimidad.

El amor no existe, como tal, pero sí... estoy seguro que es real.
Cuando me tomas de la mano y sólo pienso en una palabra: incondicionalidad.



Miguel.

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